Ana Sainz Quesada
Palma/1990
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona. Al terminar sus estudios se especializa en ilustración en el IED Madrid y finalmente cursa el master en Formación del Profesorado (especialidad Artes Plásticas) en la Universidad Complutense. Trabaja diferentes disciplinas artísticas, y le atraen por igual el dibujo, la pintura, el bordado, la serigrafía o el grabado. Ha participado en muestras como el TramuntanArt (Port de la Selva) y su serie ‘Intimidades’ fue expuesta en la Staatliche Akademie der Bildenden Künste de Karlsruhe, Alemania.
Ha ilustrado el libro de Fernando Savater y Sara Torres “Aquí viven leones” (Random House, 2015) Fue galardonada con el VIII Premio Internacional Fnac- Salamandra graphic por su novela gráfica ‘Chucrut’ (2015). Actualmente combina su actividad laboral en la ilustración para prensa (Interiores, Fashion&Arts…), con la realización de su próximo cómic y varios proyectos expositivos.
Mediterráneo 2087
Tortugas que comen medusas de plástico. Envases de tamaños diversos y colores envejecidos forman los nuevos corales que habitan las especies marinas. marinas. Latas de conserva sustituyen a sus propios contenidos en el que una vez fue su hogar; bienvenidos al nuevo Mediterráneo, a los océanos 2.0.
Cada verano la prensa advierte: la mala gestión de los residuos está conviertiendo la cuenca mediterránea en un vertedero. El aumento de basura en el mar es proporcional al aumento del turismo en las áreas litorales. Y la flora y la fauna de los océanos sufren las consecuencias -cada vez más graves- de una sociedad sin conciencia, víctima del consumo, la desidia y la comodidad.
La playa de es Trenc se declara parque natural después de haber sido invadida por la mugre. Las costas baleares se llenan de gente y de todo lo que esa gente consume, desea, deshecha, igno deshecha, ignora. Los grupos ecologistas continúan sus campañas de recogida y limpieza de las playas, pero siguen siendo manos insuficientes. Mientras tanto, Mallorca se abre y abandona por completo al gigante que le da de comer pero a la vez la destruye.
Este proyecto reivindica la necesidad de crear una ética local en primer lugar y de reflejar una realidad que no deber ser ignorada. Juega con el espacio intervenido convirtiéndolo en una señal de alerta para el visitante, y su la vez con el entorno en donde se colocará, actuando así actuando así como un recordatorio: Tus sobras tienen consecuencias. Tus sobras importan. Tus sobras pueden hacer daño.
A través de la metáfora visual, la obra representa un escenario alegórico, pero no por ello menos probable; los elementos, colocados con equilibrio en el amplio marco azul, personifican los moradores de los océanos, que acaban siendo únicamente
los deshechos prácticamente imborrables del ser humano. Las variedades animales y vegetales se convierten todas en parte
de una misma familia: la del plástico. Colores pastel que emulan el desgaste de los objetos cotidianos expuestos al agua
y la sal reemplazan al brillo de los peces, y un viejo y deshinchado delfín, abandonado por su antiguo jinete, se desli se desliza sin rumbo condenado a no desaparecer hasta dentro de -más o menos- 1.000 años.
Mediterráneo 2087 busca generar el impacto de una confirmación fatal recreando un ambiente que puede antojársenos lejano pero no desconocido: un futuro oscuro para el medio marino, la desaparición de miles de especies y la destrucción de organismos vivos tan importantes como la Posidonia, motor imprescindible de nuestras aguas cristalinas, cristalinas, famoso reclamo y anzuelo de las Baleares. Una destrucción originada y acelerada por nosotros, y que sólo nosotros podemos evitar.
Mediterráneo 2087
Anapurna
Julio 2017